martes, 15 de marzo de 2011

Basilea III


La seguridad o tener un colchón por si fuera es algo que toda persona quiere para tener en su vida. Pues hablemos de este colchón, pero no relacionándolo con individuos, si no viéndolo en una escala financiera. En cada país tienen una política económica distinta, funcionan según lo que creen que va a ser mejor en su territorio, pero también son necesarios acuerdos internacionales que obliguen su cumplimiento en un ámbito mundial. Uno de estos pactos a los que nos referimos es el llamado Basilea III, que consiste en un pacto por el cual los bancos tendrán la obligación de mantener unas reservas más elevadas a las actuales para poder afrontar futuros problemas o recesiones económicas como la que nos afecta en la actualidad. Poseer la liquidez suficiente para poder plantar cara a lo que pueda surgir. Pero antes de centrarnos en el pacto Basilea III debemos conocer cuales son sus antecedentes, y aquí nos encontramos con los pactos predecesores a este, Basilea I y Basilea II.

Durante los años 60, los bancos centrales no estaban sometidos a ningún control con respecto a su capacidad de mantenerse en el tiempo durante momentos complicados. Por ello los gobernadores de los bancos centrales de los países de Europa más desarrollados económicamente se reunieron en 1974 para formar el llamado el Comité de Supervisión Bancaria de Basilea para intentar controlar que todos los bancos pudiesen tener capacidad de respuesta ante los problemas que después surgirían. En 1988 se aprobó el llamado Basilea I como respuesta a la crisis de deuda pública que invadió la mayoría de la década. En este pacto de acordó que todos los bancos centrales tuvieran un fondo o reserva del 8% en función al riesgo que asuma cada país. Este pacto lo acordaron entre Estados Unidos, Japón, Alemania, Canadá, Reino Unido, Francia, Suiza, Luxemburgo, Italia, Suecia, Holanda y Bélgica, pero hasta que estuvo en funcionamiento pasaron 4 años y se incorporaron 130 países más.

Basilea I no era suficientemente sensible al riesgo. Tuvo que ser renovado para que incluyese el riesgo variable, y así variar la reserva que tiene cada uno de los países en consecuencia al riesgo al que esté sometido. Es así como nació el segundo “acuerdo de capital” llamado Basilea II que buscaba combatir el riesgo más globalmente, fortalecer más el sistema financiero, fomentar la igualdad para competir…Basilea II se hizo en 1999 pero no se empezó a llevar a la práctica hasta 2006. Fue establecido mundialmente, cogiendo una gran importancia en países con un riesgo muy elevado como algunos asiáticos o suramericanos. Este pacto tuvo como pilares básicos los siguientes:

-          Mayor preocupación por el riesgo, comportándose de una manera mucho más sensible a este.

-          Tener organismos de control y gestión tanto dentro de los propios bancos como los establecidos por el organismo de Basilea II.

-          Mayor transparencia ofrecida al mercado.

Ahora vistos los antecedentes pasemos a ver el tercer pacto de Basilea, Basilea III. Se aprobó en Seul por el G20 (los 10 países de Basilea I formaban el G10), pero su aplicación no se hará de una vez si no que progresivamente se irán adoptando las medidas que se estime oportunas. No es un pacto que este cerrado, si no que puede sufrir variaciones o matices que se irán incorporando.


En este acuerdo se ha llegado a un punto intermedio entre las grandes potencias. Por ejemplo Estados Unidos y Gran Bretaña buscaban un pacto duro, con requerimientos fuertes y de obligación de cumplimiento rápida, y en el otro extremo países como Alemania o Japón (ahora inmersa en problemas de gran índole por causa de los terremotos que llevan atacando la zona desde hace varios días) que optaban por un pacto de relativa suavidad al ver que su economía corre peligro. Estos países como Japón o Alemania deben haces especial hincapié en el cumplimiento de estas normas al estar en mayor riesgo.

En este pacto se acordaron una serie de medidas para fortalecer a los bancos en momentos de recesión como la que vivimos en la actualidad en la mayoría de los países de Europa y Norte América. Estas medidas son las siguientes:

-          Capital estructural: Las reservas básicas de cada banco calculada en función a los riesgos de activo que tengan pasa a tener un ratio de capital total estructural del 7%. No se obligará a obtener capital del mercado pero si se reducirán los dividendos.

-          Aumento de los requisitos mínimos de capital exigido para las acciones y reservas, que pasa de ser de un 2% a un 4.5%.

-          Colchón de conservación: Basilea III introduce un colchón de conservación de capital del 2,5%. Este colchón actuará como un mecanismo de absorción de pérdidas como complemento al capital de acciones exigido.

-          Aumento del ratio del Tier 1, que es el principal medidor de solvencia, de un 4% a un 6%.

-          Colchón de capital: entre el 0 y el 2,5 % en acciones comunes u otro capitales capaces de obtener pérdidas. Es un complemento más a la seguridad económica.

-          Ratio de apalancamiento: Se limita el apalancamiento en un 3 % Tier 1.

-          Buscan asegurar una liquidez suficiente, que cuenten con el efectivo necesario para poder plantar cara a un problema que les surge a corto plazo y de forma rápida.


Tras estas medidas tomadas, se llega a una serie de conclusiones. Por ejemplo habrá una respuesta más o menos similar de todos los bancos a las imposiciones de requerimientos de liquidez, por lo que la correlación entre estos aumentará. Pero pasemos a explicar cuales son algunas de esas conclusiones que se han sacado a partir del pacto y sus medidas:

-          Más y mejor capital: Por la necesidad de remunerar más una financiación vía capital que vía deuda, una capitalización mayor tendrá un impacto importante También podría penalizar inversiones en entidades financieras o no financieras, obligando a financiarlas con fondos propios.

-          Mayor liquidez: Aumenta la demanda de activos de gran calidad crediticia y liquidez, dejando colgada a la banca comercial tradicional.

-          Mayor intensidad regulatoria: Se busca mayor estabilidad macroeconómica por medio de banca pequeña, más solvente y líquida.

-          Menor apalancamiento: Se limitarán las inversiones por lo que puede que la rentabilidad de algunas entidades quede mermada.

-          Más regulación y control que permite el correcto funcionamiento de los bancos de cara al exterior y en ámbito nacional.


Pero según expertos y demás personas con alguna relación con Basilea, o que conocen su existencia y funcionamiento, estas medidas tomadas no son suficientes. Para mostrar que esto es así primero enumeraremos de forma rápida algunas de las medidas que se pretenden tomar de cara al futuro aparte de las impuestas por Basilea III. Algunas de estas medidas son la mejora de acuerdos y procedimientos de liquidación, mejora de procedimientos para responder a la quiebra, completar y equilibrar los limites de apalancamiento y liquidez, desarrollar una metodología clara de aplicación de los colchones creados… y otras muchas medidas a tratar en un futuro.

Ahora pasamos a ver la opinión del público sobre si este acuerdo ha resultado o va a resultar efectivo de cara a los próximos años. Para ello he obtenido en un conocido blog financiero (www.elblogsalmon.com) una encuesta acerca de las consecuencias de Basilea III, que reforma el sistema financiero internacional. Vemos a continuación el resultado de las preguntas realizadas.



Acerca de si Basilea III evitará una nueva crisis financiera en el futuro, la respuesta mayoritaria es desoladora: No, con un 83% de los votos, frente a sólo un 3% de los votos que dice que sí. La nueva regulación no es suficiente.


Acerca de si este tipo de regulaciones sirven para algo, hay división de opiniones. Un 47% piensa que no, frente a un 42% que cree que sí. Y un moderado 10% no sabe si sirven o no sirven.


Y por último, ante la pregunta de si las normas de Basilea III deberían haber sido más duras con el sector financiero, un 75% piensa que sí, frente a un 16% que piensa que no.

Por tanto, Basilea III es insuficiente para evitar nuevas crisis financieras, debería haber sido más duro, y existen serias dudas sobre la utilidad de estas regulaciones para contener futuras crisis.

Debido a esta necesidad de ampliar los requisitos que impone Basilea III se ha planteado un calendario en el que año a año se van añadiendo cambios que permitan que los Bancos Centrales sigan un funcionamiento correcto y sean capaces de luchar antes las futuras crisis. Este calendario lo introduzco en la tabla siguiente:

CALENDARIO DE NUEVOS REQUISITOS DE CAPITAL DE BASILEA III

Los recuadros con la letra en negrita indican los períodos de transición. Todas las fechas son a partir del 1 de enero.


2011
2012
2013
2014
2015
2016
2017
2018
2019
apalancamiento
Control por organismo de supervisión
funcionan en paralelo del 2013 al 2016

Traslado al organismo de supervisión

Ratio mínimo de capital de acciones de equilibrio


3.5%
4%
4.5%
4.5%
4.5%
4.5%
4.5%
capital de conservación





0.625%
1.25%
1.875%
2.5%
Capital mínimo de equilibrio  y fondo de conservación


3.5%
4%
4.5%
5.125%
5.75%
6.375%
7%
eliminación de las deducciones de CET1 (incluidas las cantidades que excedan los límites de DTA, MSR y finanzas)



20%
40%
60%
80%
100%
100%
Mínimo capital TIER 1


4.5%
5.5%
6%
6%
6%
6%
6%
Total mínimo de capital


8%
8%
8%
8%
8%
8%
8%
Total mínimo de capital más fondo de conservación


8%
8%
8%
8.625%
9.125%
9.875%
10.5%
instrumentos de capital que no superen la calificación como non-core (capitales básicos como TIER1 y TIER 2)


eliminado más de 10 años a partir del horizonte 2013
ratio de cobertura de liquidez
Comienza el período de observación



Introducción de  normas mínimas




tasa neta de financiación estable

Comienza el período de observación





Introducción de normas mínimas




Noticia obtenida en espectadordenegocios.com

Basilea III permitiría ahorrar 13 billones de dólares


Los acuerdos de Basilea III podrían hacer que los países del G20 ahorren billones de dólares si se sacan las cuentas de las ventajas a largo plazo de una menor frecuencia de las crisis.


Los acuerdos de "Basilea III", alcanzados por los principales bancos centrales sobre nuevas reglas en el sector bancario mundial, podrían hacer ahorrar a los países del G20 unos 10 billones de euros (12,9 billones de dólares), indicó el martes el gobernador del Banco de Canadá, Mark Carney.

"Si se sacan las cuentas de las ventajas a largo plazo de una menor frecuencia de las crisis financieras, se obtiene para las economías del G20 una ventaja neta media del 30% del PIB en valor actualizada" es decir 10 billones de euros, declaró Carney según el texto de su discurso.

 

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